Cuando un idea, una causa, un motivo... es bueno, es muy difícil decir que no.
Bajo esta premisa e impregnada de energía positiva ha ido creciendo exponencialmente esta "acción".
Un amigo te dice: oye has visto lo que paso en Nepal?.
Y la verdad es que ver he visto poco (quizá lo prefiera así), pero las cifras que escucho por la radio mientras voy de acá para allá en el ajetreo diario son como una descarga eléctrica. Y surge esa pregunta de la que no puedes huir... ¿puedo yo hacer algo?...
Y es de nuevo ese virus, contagioso y positivo el que nos va calando.
Primero cinco, luego veinte, y más tarde cincuenta personas, ya es una bola de nieve imparable, en la que cada idea suma, cada mano cuenta, y donde va encajando lo mejor de cada uno, se respira compromiso e implicación, y da gusto trabajar así, sin duda muchas de las veces mas allá de lo razonable.
No cabe duda de que ha sido un esfuerzo grande, pero si algo me queda de esta experiencia es la satisfacción de haber podido facilitar a un grupo de personas magnificas la oportunidad de mostrar de lo que son capaces.
Gracias a todos.
