Desayunamos en el Bua Camp, sin prisa, la noche fue agitada. Me despierta un ruido como de ladrido de perro, pero no estoy seguro de que no lo soñara, el caso es que estoy despierto. Puedo oír pasos y piedras rodar por el camino que usamos ayer para bajar a la zona de acampada junto al río, pienso que será Rafael, el guarda del parque, miro el reloj, es la 1:30 de la mañana, imposible que sea él.
Sigo escuchando, oigo esos pasos entre la hierba a intervalos casi regulares, justo cuando piensas que no los volverás a oír, pienso primero que pueden ser las ramas, pero no hay brisa. El ruido se acerca desde atrás y pasa por nuestra derecha, no paro de pensar en leones y elefantes, cuando está por el frente pienso en qué hacer, llevo un rato oyendo y ya estoy seguro de que es real, está de este lado del río.
Me decido a hacer algo, pienso que si es algo que curiosea mejor será espantarlo, abro la tienda, obviamente no se ve nada, el fuego que dejamos encendido se ha apagado, había puesto mas leña antes de acostarme pero me dio mas miedo un incendio que los animales y le tiré un poco de agua, en este momento me arrepiento, pero ya es tarde, cojo la cámara y disparo fotos para que salte el flash, lo hago seis o siete veces, Vane se despierta, no le digo nada y se vuelve a dormir, oigo como los pasos se van más rápido que antes hacia la izquierda y luego silencio, vuelvo a dormir.
Amanece y desayunamos, recogemos y volvemos al camino, es un poco tarde, pero vamos haciendo fotos y gravando. Rafael no coge al rato y pedaleamos juntos de mientras charlamos.
Llegamos a Nkhotakota en un periquete, nos despedimos de Rafael, tomamos un refresquito frío, que es algo que solo se consigue en las ciudades y compramos cereales, pasamos por un caber, vemos los correos y escribimos a casa.
Seguimos ruta en busca del Nvouvuj Safari Lodge, que no debe estar lejos. Pasamos varios carteles, la idea es llegar pronto para no cansarnos mucho, cargar las baterias y pasar la tarde en la playa. Pasamos mas carteles y como ninguno es el nuestro seguimos, de pronto vemos de frente la Laguna de Chia, ¡¡¡pero que pasa aquí!!!, nos hemos pasado de pueblo, preguntamos y nuestro destino de hoy esta 10 Km más atrás. ¿qué hacemos?.
Según el mapa ya no hay mas lugares para alojarse hasta Salima a mas de 100 Km, pero decidimos seguir, y probar suerte. Vane lleva una mosca que “vamos niño”, te dije que era allí,.. tranquila mujer, ya veras seguro que encontramos una escuela o una iglesia o algo.
La verdad es que solo pasamos casas destartaladas y alguna mezquita, pero si tenemos que quedarnos por aquí será un espectáculo, y de intimidad cero, seguro. Seguimos otros 10 km más y la cosa no está nada clara. Decidimos hacer dedo a ver si algún camión nos lleva de vuelta al lodge.
El destino tiene estas cosas, el segundo coche que pasa es una pick up, con unas chicas que vienen de voluntarias y nos recogen, jaja que suerte, van a un lodge un poco más atrás al Pottery, una escuela/negocio de alfarería que pasa por ser el mejor alojamiento en 200 km a la redonda. Ok nosotros también, bromeamos ya mas tranquilos en el coche, al llegar plantamos la tienda en el césped. Una ducha con agua fría y una cena muy buena con pizza vegetariana y pollo nos reconforta.
Volvemos paseando ya de noche a la tienda, al cruzar un campo de kasaba vemos luciérnagas, es muy bonito, nos metemos pronto en la tienda, mañana será un día largo hasta Salima.
